Suiza bajo la ocupación francesa
La
reacción en Suiza es profunda tras el anuncio de la masacre de 800 guardias
suizos en el asalto al palacio de las Tullerias el 10 de agosto de 1792. El
mismo año, se envían tropas de Berna y de Zurich a Ginebra, para impedir una invasión francesa
de este territorio aliado. Sin embargo algunas semanas más tarde la ciudad del
Leman cayó en manos de los revolucionarios. También en 1792 Francia invadió el
obispado de Basilea que era independiente bajo el nombre de República
rauraciense antes de ser sometida nuevamente por Francia bajo el nombre de
departamento de Mont-terrible, que comprendía los actuales distritos del Jura de Porrentruy y Delemont, el 23 de marzo de 1793.
En 1795 Frédéric-Cesar
de la Harpe, comienza un levantamiento del Vaud por razones
lingüísticas, contra Berna, pero no consiguió muchos seguidores y debe huir y refugiarse en París. Desde su exilio exhortó al gobierno francés a enviar sus tropas a la Suiza Romance. Finalmente en 1798 tomando como pretexto la muerte de diez soldados destacados
en Thierrens,
las tropas francesas invadieron el país. Encontraron poca resistencia y los
invasores fueron relativamente bien recibidos, excepto en Berna y en Suiza Central, donde Nidwalden libró en solitario
un combate desesperado contra Francia.bouquet 4 Las
dos victorias francesas de Grauholz y
de Fraubrunnen llevaron a la capitulación de
Berna en el otoño de 1798. Después se produjo la efímera proclamación de unas cuarenta repúblicas
en algunas semanas, finalmente París impone el nuevo régimen de
la República Helvética.
El 24 de enero
de 1798, se proclama la República Lemánica,
separada y liberada de Berna. Pero la revolución no terminaría aquí, pues los
territorios de Argovia, también en poder de Berna, se declararon independientes,
al igual que el antiguo ducado de Toggenburgo, que ahora dejaba de ser parte de
Schwyz para formar el cantón de Turgovia. Las secesiones también afectaron a los aliados de los confederados: el
Bajo Valais se independizó del Alto Valais.
Napoleón,
sabiendo que Suiza es el camino más corto entre el norte y el sur de Europa, así como entre Francia e Italia, decidió conquistar Suiza. Para
justificar la invasión, Napoleón aprovechó la sublevación del pueblo del Lemán
para entrar en Suiza, con la excusa de proteger a los habitantes de estos
territorios; además dijo haber sido aconsejado por los mismos suizos (dos
refugiados suizos en París convencieron a Napoleón de que
liberase su patria, entre ellas el Lemán).
La
invasión comenzó el 2 de marzo de 1798 con la caída de Friburgo y Soleura. Tres días más tarde, el gobierno
bernés era sometido por primera vez. Los cantones se fueron sometiendo, algunos
sin siquiera haber librado una batalla. Los confederados habían perdido sus
grandes ejércitos.
El
emperador francés obliga a los confederados a cambiar de régimen en 1799. Lo que se llamaba Confederación de los XIII, pasaba a ser la “República
Helvética, una y sola”. Los cantones ya no eran cantones, ahora eran simples
prefecturas, las Tres Ligas de los Grisones perdieron el territorio de la Valtelina, que fue
anexada a la República Cisalpina. Los territorios del antiguo obispado de
Basilea ahora se limitaban a la ciudad misma. Las ciudades de Mulhouse y
Ginebra fueron anexionadas a Francia.
La
«república helvética una e indivisible»nappey 4 según su nombre oficial, es un
estado centralizado y unitario, gobernado por un directorio que nombra los
gobernadores de los cantones convertidos en simples divisiones administrativos
y cuyas fronteras fueron redibujadas de modo importante.15 Además del conflicto europeo,
que se desarrollaba en parte sobre el suelo suizo, ilustrado por las batallas
de Zúrich en 1799, los conflictos entre centralistas y federalistas eran
incesantes hasta el verano de 1802, cuando las tropas francesas se retiraron del territorio y se
desencadene la Stecklikrieg («Guerra de baston» en alemán), una revuelta federalista contra la
República Helvética, cuyo gobierno se refugió en Lausanna.
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